Introducción
Alabado sea
Dios, Señor de los Mundos, y la paz y las bendiciones sean con el
Profeta, el Enviado como Clemencia para la humanidad.
Con bastante frecuencia se habla actualmente
acerca de los derechos del hombre. Ello es consecuencia de los
terribles sucesos que durante los últimos siglos han venido afectando
a la humanidad: guerras, revoluciones sangrientas y rebeliones que
han causado la muerte de un sinfín de personas en todas partes del
mundo.
En 1948 se promulga la Declaración
Universal de los Derechos Humanos para reivindicar
los principios de libertad, justicia e igualdad entre toda la
humanidad, principios ideales que fueron aceptados y firmados por la
mayoría de los Estados participantes en la Asamblea General
de las Naciones Unidas.
El Islam se
anticipó en su reconocimiento de los derechos contemplados en dicha
declaración, y de otros muchos que fueron promulgados hace más de
catorce siglos.
El Hombre se
asombra de cómo la humanidad, fuera del mundo islámico, ha sido capaz
de sobrevivir durante catorce siglos sin aprovechar los derechos
concedidos por la legislación islámica a todos los seres humanos.
Queremos aquí
aclarar unos puntos relacionados con los derechos humanos según la
legislación islámica de una parte y con los correspondientes a los
tratados internacionales, y en especial a la Declaración
Universal por otra:
- Los
derechos humanos en el Islam forman parte inseparable de la
creencia islámica y de su ontología general con respecto al
hombre en relación consigo mismo, con su Creador, con los demás
y con el Universo.
- Los
derechos humanos son, en el Islam, dones de Dios otorgados a
toda la humanidad; son revelados por Dios mismo y por tanto no
son consecuencia de determinados eventos ni reivindicaciones de
ciertas personas.
- Estos
derechos son universales: comprenden a toda la humanidad y no se
identifican con una etnia, raza, color, grupo ni país específico,
siendo válidos para todos en todo tiempo y lugar.
- Son
derechos reales prácticos que constituyen parte integrante de la
conducta humana puesto que son leyes de procedencia divina.
Dijo Dios
Altísimo:
يا أيها
الناس إنا خلقناكم
من ذكر
وأنثى وجعلناكم
شعوبا وقبائل لتعارفوا
إن أكرمكم
عند الله
أتقاكم
«¡Hombres! Os hemos creado de un varón y de una
hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus, para que os
conozcáis unos a otros. Para Dios, el más noble de entre vosotros es
el que más le teme. » (Corán, 49: 13)
Entre los
hombres no hay ninguna diferencia. El árabe no tiene preferencia
sobre el de otra raza, ni tampoco el blanco sobre el negro, ni el
rico sobre el pobre, ni el fuerte sobre el débil, ya que todos los
seres humanos son criaturas de Dios, y el más querido por Él es aquél
que más beneficios aporta a sus criaturas.
El Islam honra al hombre
Dios ha honrado
al hombre de forma excelente:
ولقد كرمنا
بني آدم
«Hemos
honrado a los hijos de Adán.» (Corán, 17: 70).
Y le ha creado
de la mejor forma:
لقد خلقنا
الإنسان
في أحسن
تقويم
«Hemos creado al hombre dándole la
mejor complexión.»
(Corán, 95: 4).
Dios ha
preferido al hombre sobre todas las criaturas de la tierra, y le ha
proveído de todas las cosas.
Dios ha honrado
al hombre dándole los sentidos y la mente para que razone y domine
todo el Universo, y encuentre en ello una guía que le lleve hasta su
Creador.
Dios, por
honrar al hombre, prohibió totalmente cualquier agresión o tortura
física o psíquica. Dijo el Profeta, la paz sea con él:
«La espalda del creyente protegida,
excepto de castigo legal (had) o derecho
justificado.»1
Un día el
Profeta, la paz sea con él, mientras alineaba las filas del ejército
pegó a un soldado con una varilla que tenía en su mano. El soldado se
quejó diciendo: "¡Oh, Profeta! Me
causaste gran dolor: Indemnízame "
El Profeta
descubrió su cuerpo y se dirigió al soldado para que le pegase de
igual manera. Entonces el soldado se acercó al Profeta, pegó su
mejilla a su cuerpo y le besó.
El Profeta no
pretendía causarle daño; simplemente quería llamarle la atención. Sin
embargo, con esta conducta dio un ejemplo ideal para la humanidad
acerca de cómo honrar al hombre.
El Profeta
predijo que vendrán gentes que torturarán a los demás. Estos, pues,
no pertenecen al Islam y el Islam no tiene nada que ver con ellos.
Incurrirán en la ira de Dios. Dijo el Profeta:
«Dos tipos de
gente destinada al infierno aún no he visto: gente que posee azotes
como las colas de las vacas y pegan con ellos a la gente ... »2
El
Islam prohibió rotundamente perjudicar el honor de las personas,
incluso en una mínima parte, y dio un
ejemplo maravilloso de la conducta moral entre los hombres.
Dijo el Altísimo:
يا أيها
الذين آمنوا اجتنبوا
كثيرا من الظن
إن بعض
الظن إثم ولا
تجسسوا ولا يغتب
بعضكم بعضا أيحب
أحدكم أن يأكل
لحم أخيه
ميتا فكرهتموه
«¡Creyentes! ¡Evitad conjeturar
demasiado sobre los demás! Algunas conjeturas son pecados. No
espiéis. No calumniéis. ¿Os gustaría comer la carne de un hermano
muerto? Os causaría horror ... »
(Corán, 49: 12).
También
prohibió la palabra que daña a los demás, incluso el gesto y la
mirada:
ويل لكل
همزة لمزة
«¡Ay de todo aquél que difame, que
critique.» (Corán, 104: l).
El
Corán condena a aquellos que hacen de los demás objeto de burla y
crítica; y les dice:
يا أيها
الذين آمنوا لا يسخر
قوم من
قوم عسى
أن يكونوا
خيرا منهم ولا
نساء من نساء
عسى أن
يكن خيرا
منهن ولا تلمزوا
أنفسكم ولا تنابزوا
بالألقاب
بئس الاسم
الفسوق بعد الإيمان
ومن لم
يتب فأولئك
هم الظالمون
«¡Creyentes! ¡No os burléis unos de
otros! Podría ser que los burlados fueran mejores que los que se
burlan. Ni las mujeres unas de otras. Podría ser que las burladas
fuesen mejores que las que se burlan. ¡No os critiquéis, no os
llaméis con motes ofensivos! ¡Mala cosa es ser llamado
“perverso” después de haber recibido la fe! Los que no se
arrepienten, ésos son los impíos.»
(Corán, 49: 11).
Estas frases
han unido la suma de los principios éticos y morales de la humanidad,
cosa que no ha conseguido ningún régimen, ideología ni religión de
forma tan clara y rotunda. Asimismo el Islam prohibió manifestar la
maledicencia porque también perjudica.
لا يحب
الله الجهر بالسوء من القول
إلا من
ظلم
«A Dios no
le gusta la maledicencia en voz alta, a no ser que quien lo haga haya sido tratado injustamente.» (Corán,
4: 148).
La enseñanza de
la buena conducta y del buen trato con todos los hombres es el gran
objetivo del Islam. Dice el Altísimo:
وما يلقاها
إلا الذين
صبروا وما يلقاها
إلا ذو
حظ عظيم
«No es igual
obrar bien y obrar mal.
¡Repele con lo que sea mejor y
he aquí que aquél de quien te
separe la enemistad se convertirá en amigo ferviente!.
Esto sólo lo consiguen los pacientes, sólo lo consigue el de suerte
extraordinaria. » (Corán, 41: 35-35).
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