Viajeros
(6) Para que un viajero tenga permitido romper su ayuno, deben cumplirse ciertas condiciones. Su viaje debe ser extenso, o poder ser calificado como viaje en sí (aunque existen diferencias entre los sabios al respecto), y tiene que haber salido de la ciudad y sus alrededores. La mayoría de los sabios afirman que el viajero no puede romper su ayuno hasta tanto haya cruzado los límites de la ciudad. De hecho, sostienen que un viaje no comienza hasta que la persona cruza los límites de la ciudad, y la persona que está en la ciudad se considera “residente” y “presente”. Dice Allah:
“...Quien de vosotros presencie la aparición de la luna deberá ayunar; y quien estuviere enfermo o de viaje deberá reponer posteriormente los días no ayunados y así completar el mes. Allah desea facilitarles las cosas y no dificultárselas…” [2:185]
No se lo considera viajero hasta que haya salido de la ciudad. Si aún se encuentra en la ciudad, se considera como un residente más y no puede acortar sus plegarias. El viaje tampoco debe ser realizado con fines pecaminosos (según la mayoría de los sabios), o con el propósito de evadir el ayuno.
(7) El viajero puede romper su ayuno según el consenso de la comunidad, y no se considera su nivel de capacidad o dificultad para hacerlo. Aún si el viaje es fácil y tiene alguien para servirlo, puede romper su ayuno y acortar sus plegarias.
(8) La persona que tenga la determinación de viajar en Ramadán no debe tener la intención de romper el ayuno hasta tanto se encuentre de viaje, porque puede sucederle algo que le impida emprender el viaje.
El viajero no debe romper su ayuno hasta tanto haya transpuesto las últimas casas habitadas de su ciudad; una vez que haya cruzado los límites de la ciudad, podrá entonces romper su ayuno. De igual manera, si está volando, podrá romper el ayuno una vez que el avión haya despegado y salido de los límites de la ciudad. Si el aeropuerto está fuera de la ciudad, podrá romper allí el ayuno, pero si se encuentra dentro de ella o anexo a la ciudad, no podrá romper el ayuno pues aún se encuentra dentro de los límites de su ciudad.
(9) Si el sol se oculta y la persona rompe su ayuno en tierra, y luego el avión despega y puede a ver el sol, no tiene que dejar de comer. Ya habrá completado su día de ayuno, y no hay manera de repetir un acto de adoración si ya ha sido completado. Si el avión despega antes del ocaso y la persona quiere completar el ayuno de ese día durante el viaje, entonces no debe romper el ayuno hasta que el sol se haya puesto donde quiera que se encuentre volando en ese momento. El piloto no puede bajar el avión hasta una altura en la que no se pueda ver el sol sólo para poder romper el ayuno, pues esto sería un engaño. Si el piloto bajase el avión por una razón válida, y a consecuencia de ella desapareciera el sol, entonces sí puede romper el ayuno.
(10) Toda persona que viaje a un destino y tenga la intención de quedarse allí más de cuatro días debe ayunar según la mayoría de los sabios. Por lo tanto, si una persona viaja para estudiar en el extranjero por varios meses o años, entonces se considera “residente” de ese lugar – según la opinión de la mayoría de los sabios, entre ellos los cuatro imanes – y debe ayunar y orar de manera plena.
Si un viajero pasa por una ciudad que no es la suya, no tiene que ayunar a menos que se quede allí por más de cuatro días. Si ese es el caso, debe ayunar, pues las reglas de los residentes también se le son aplicables.
(11) Toda persona que comience a ayunar siendo residente, y luego inicie un viaje durante el día puede romper su ayuno, pues Allah considera a los viajes como una excusa legítima para no ayunar. Dice Allah:
“...y quien estuviere enfermo o de viaje deberá reponer posteriormente los días no ayunados y así completar el mes...” [2:185]
(12) Una persona que habitualmente viaja puede no ayunar si tiene un hogar al cual regresar, como es el caso de los mensajeros que sirven a los intereses de los musulmanes (y también los pilotos y empleados de líneas aéreas, aún si sus viajes son diarios), pero tienen que recuperar los ayunos más tarde. Lo mismo se aplica a los marinos que tienen un hogar en tierra. Pero si el marino tiene a su esposa y todo lo que necesita en el barco y viaja constantemente, entonces no está permitido que rompa su ayuno o acorte sus plegarias. Si los beduinos nómades viajan de su hogar de invierno al de verano o viceversa, pueden romper el ayuno y acortar sus plegarias. Una vez que están instalados en su hogar de invierno o verano, no deben romper su ayuno ni acortar sus plegarias, aún si van siguiendo sus rebaños.
(13) Si un viajero llega a destino durante el día, hay una diferencia importante de opinión entre los sabios respecto a si debe abstenerse de comer y beber o no. Para tener seguridad en lo que se hace, es preferible abstenerse de comer y beber por respeto al mes, pero ese ayuno debe recuperarse más tarde, ya sea que se dejó de comer y beber al llegar o no.
(14) Si la persona comienza Ramadán en una ciudad y luego viaja a otra donde la gente comenzó a ayunar antes o después que él, debe seguir la regla del pueblo de destino. Sólo debe terminar Ramadán cuando ellos lo hagan, aún si eso significa ayunar más de treinta días, porque el Profeta r dijo:
“Ayuna cuando todos ayunen, y rompe tu ayuno cuando todos rompen su ayuno”.
Si esto significa que su ayuno es menor a veintinueve días, entonces debe recuperarlo después del ‘Eid, porque el mes lunar no puede ser menor a veintinueve días.
Enfermos
(15) En caso de alguna enfermedad que haga sentir mal a la persona, no está permitido que esa persona ayune. La base para esto es la aleya coránica que dice:
“...y quien estuviere enfermo o de viaje deberá reponer posteriormente los días no ayunados y así completar el mes...” [2:185]
Pero si el mal es menor, como tos o una jaqueca, entonces no es una razón válida para romper el ayuno.
Si existen pruebas médicas, si una persona sabe por su propia experiencia, o si tiene la certeza de que el ayuno empeorará su enfermedad o demorará su recuperación, entonces debe romper el ayuno. Por el contrario, se considera reprensible (makruh) que ayune en dichos casos. Si la persona está gravemente enferma, no está obligada a tener durante la noche la intención de ayunar el día siguiente, aún si existiera la posibilidad de que esté mejor en la mañana, porque lo que cuenta es el momento actual.
(16) Si el ayuno provoca pérdida de la conciencia, la persona debe romper el ayuno y recuperarlo más adelante. Si una persona pierde la conciencia durante el día y la recupera antes o después del ocaso, su ayuno sigue siendo válido siempre y cuando haya ayunado desde el alba. Si la persona permanece inconsciente desde el alba al ocaso, entonces su ayuno no es válido según la mayoría de los sabios. Según ellos, es obligatorio que la persona que pierde la conciencia recupere sus ayunos más adelante, sin importar cuánto tiempo haya estado inconsciente. Algunos sabios han emitido veredictos (fatwas) al efecto de que una persona que pierde la conciencia, que toma somníferos, o que recibe anestesia general por alguna razón genuina y pierde la conciencia por tres días o menos debe recuperar esos ayunos más adelante, pues se considera como la persona que duerme. Si está inconsciente por más de tres días, no tiene que recuperar los ayunos pues se considera como la persona demente.
(17) Si una persona siente mucha hambre o sed, y teme que pueda morir o que se perjudiquen de manera irreparable algunas de sus facultades, y tiene fundamentos sólidos para creer que así sea, entonces puede romper su ayuno y recuperarlo luego, pues es obligatorio preservar la vida. Sin embargo, no está permitido romper el ayuno sólo porque uno está cansado o porque tiene miedo de padecer alguna enfermedad, pero sin fundamento alguno. Las personas que trabajan en ambientes de mucha demanda física no tiene permitido romper el ayuno, y deben tener la intención por la noche de ayunar el día siguiente. Si no pueden dejar de trabajar y temen que les pueda pasar algo malo durante el día, o enfrentar alguna calamidad que les obligue a romper el ayuno, entonces deben comer sólo lo necesario para afrontar la situación, luego deben abstenerse de comer hasta el ocaso, pero tendrán que recuperar más adelante ese ayuno. Los trabajadores con mucha exigencia física, como son aquellos que trabajan con hornos metalúrgicos o fundiendo metales, deben intentar cambiar su horario de trabajo para poder trabajar en la noche o tomarse sus vacaciones en Ramadán. Deben intentar hacerlo aún si la licencia fuese sin goce de haberes, pero si no es posible, entonces deben buscar otro trabajo donde puedan combinar las obligaciones mundanas con las religiosas.
“…y sabed que Allah siempre le dará una salida a quien Le tema, y le sustentará de donde menos lo espera. Y quien se encomiende a Allah, sepa que Él le será suficiente”. [65:2-3]
Si un estudiante tiene un examen, no es una excusa válida para romper el ayuno en Ramadán, y no está permitido obedecer a los padres a la hora de romper el ayuno con respecto a un examen. No está permitido ningún tipo de obediencia a un ser creado si la misma implica desobedecer al Creador.
(18) Una persona enferma que ansía recuperarse debe esperar a estar mejor y luego recuperar los ayunos perdidos. No basta sólo con dar de comer a los pobres. La persona que sufre de una enfermedad crónica y no tiene esperanzas de recuperación y los ancianos que no pueden ayunar deben dar de comer a una persona pobre con medio saa’ del alimento básico de su país por cada día de ayuno perdido (medio saa’ equivale aproximadamente a un kilo y medio de arroz). Puede hacerlo todo de una vez al final del mes o dar de comer a una persona pobre todos los días. Esto debe hacerse dando la comida propiamente dicha, según el texto Coránico – no puede reemplazarse dando dinero . Sin embargo, puede dar dinero a una persona confiable u organización de caridad para que compre comida y la distribuya entre los pobres en su nombre.
Si una persona enferma no ayuna en Ramadán mientras espera recuperarse y ayunar los días perdidos más adelante, y luego descubre que su enfermedad es crónica, debe entonces dar de comer a una persona pobre por cada día que no ayunó . Si una persona está esperando recuperarse de su enfermedad y ansía ponerse bien pero luego muere, no existe “deuda” alguna sobre él ni sus herederos. Si la enfermedad de una persona es considerada crónica y no ayuna pero da de comer a los pobres, y luego los avances de la medicina determinan que puede curar esa enfermedad, no tiene que recuperar los ayunos perdidos, porque hizo lo que tenía que hacer en ese momento.
(19) Si una persona enferma se recupera y puede realizar los ayunos perdidos pero no lo hace antes de morir, entonces debe tomarse dinero de sus bienes y dar de comer a una persona pobre por cada día que el enfermo haya perdido. Si alguno de sus parientes quiere ayunar en su nombre, puede hacerlo, pues fue registrado en Bujari y Muslim que el Mensajero de Allah r dijo:
“Quien muera debiendo algunos ayunos, que su heredero ayune en su nombre”.
Los ancianos
(20) Las personas muy ancianas que hayan perdido la fuerza y estén cada día más débiles pueden no ayunar, y así estará permitido siempre y cuando ayunar sea algo difícil para ellos. Ibn ‘Abbás dijo respecto a la aleya Coránica:
“Y quienes pudiendo ayunar no lo hicieren deberán alimentar a un pobre [por cada día no ayunado]”. [2:184]
“No se trata de una aleya abrogada. Se refiere a los ancianos y ancianas que no pueden ayunar, por lo que deben dar de comer a una persona pobre por cada día”.
Quienes estén seniles o confundidos no tienen que ayunar ni hacer nada en reemplazo, y su familia tampoco tiene que hacer nada para compensar esos ayunos. Dichas personas ya no se consideran obligadas a ayunar. Si tienen cordura ocasional, entonces deben ayunar cuando están en sus cabales y no tienen que hacerlo cuando están confundidos.
(21) En cuanto a aquellos que se encuentran luchando contra el enemigo o están sitiados por el mismo, pueden romper su ayuno si éste podría debilitarlos demasiado como para combatir, aún si no se encontrasen viajando. Si necesitan romper el ayuno antes de combatir, pueden hacerlo. El Profeta r dijo una vez a sus Compañeros antes de comenzar una batalla:
“En la mañana se enfrentarán al enemigo y el no ayunar los hará más fuertes, por eso no ayunen”.
Esa es también la opinión preferida por el Shéij al-Islam Ibn Taimiyah. Los sabios de Damasco también emitieron fatwas al mismo efecto cuando la ciudad fue atacada por los tártaros.
(22) Si la razón que una persona tiene para no ayunar es obvia, como ser una enfermedad, no hay nada malo en que coma o beba abiertamente. Pero si la razón es oculta, como es el caso de la menstruación, es mejor comer y beber en secreto para no sufrir acusaciones ni reproches.